sola vivienda y con unos mismos objetivos existenciales. De ahí que, si el
padre es abogado, artesano o agricultor, los hijos también quieren serlo. Los
jóvenes, por convivir con los adultos tienen la influencia de sus ideas, de sus
actitudes, de su manera de ser, se convierten en grupos de referencia, que son
compuestos por sus familiares, amigos con intereses similares, manteniendo
relaciones estrechas y compartiendo actitudes e ideales. Sin embargo, no
siempre los jóvenes son atraídos a formar parte de un grupo de referencia, en
algunas ocasiones el joven se siente atraído por los valores y actitudes de
determinadas personas que puede ser un familiar, un amigo, un profesor, un
cantante, un deportista, cualquiera que le cause admiración o ejerza cierta
influencia en él.
En muchos casos, en esta etapa los jóvenes donde se ejerce la mayor
cantidad de influencias externas, ya sean por parte de los familiares, amigos y,
en varios casos, la de sus maestros. En estudios realizados por un grupo de
especialistas de la Universidad de Antioquia-Colombia, con similares
características sociales y económicas de Ecuador, se analizaron algunas
maneras de cómo la familia influye en la elección de la carrera de sus hijos,
tales como: el apoyo económico, la situación económica familiar, la herencia
profesional, entre otras.
Los jóvenes, al estar rodeado por una formidable diversidad de roles
aportados por cada uno de los individuos y grupos de referencia, la búsqueda
de identidad personal se torna conflictiva, cuando sus intereses personales van
en contraposición a ese sujeto o grupo de referencia. A la hora de elegir una
carrera profesional la falta de identidad personal, es la causa de los niveles de
ansiedad que presentan los jóvenes, al no saber qué hacer, qué camino elegir,
por un lado están sus intereses, sus habilidades y, por otro está lo que la
sociedad necesita; durante el desarrollo de este proceso la orientación del
profesional es primordial y necesaria.
Levinson (1978, 1987), psicólogo norteamericano, propuso una teoría
basada en estudios realizados primero en hombres (1978) y luego en mujeres
(1987), identifica tres periodos principales en el ciclo de vida de los seres
humanos; cada uno de los ciclos tiene una duración aproximada entre 15 y 20
años. En cada uno de los periodos los sujetos elaboran una estructura vital,
conformada por las relaciones sociales y ambientales; estas relaciones están
constituidas por grupos, sistemas, objetos, lo que le permite al individuo formar
su personalidad única e irrepetible.
Los estudios de Levinson se centraron en la etapa de maduración de los
individuos, sin embargo, descubrió que existen etapas anteriores que influyen
en la etapa de maduración; estas etapas anteriores las denominó etapa del
noviciado que comprendía entre la edad de 17 a los 33 años. La etapa del
noviciado la subdivide en tres periodos: desde los 17 a los 22 años es la etapa
de transición a la juventud; de los 22 a los 28 años es el ingreso al mundo de
los adultos; y, el periodo de transición de los 28 a los 33 años. Lo que implica
que el proceso de la formación de la personalidad es un proceso evolutivo, un
proceso dialéctico.
Según la teoría de Levinson, los jóvenes deben cumplir con determinadas
tareas si quieren lograr un sentimiento pleno de éxito en su vida adulta. Dichas
tareas son las siguientes: formarse un sueño, lo que él desea tener cuando sea
adulto; tener un mentor; elegir una carrera; establecer la intimidad. La primera
tarea, definir un sueño, es para los jóvenes realizar metas, objetivos que