sistema (la universidad, la sociedad) propiciando cambio de comportamiento en
las demás.
La aparición de propiedades o rasgos emergentes, responsables del
desarrollo organizacional y funcional de la Universidad, es el cuarto aspecto.
Estas propiedades culturales como la identidad, la autenticidad, la calidad, la
internacionalización, que se dan en igual medida en la sociedad y surgen de la
interrelación entre los miembros del sistema, influyendo en los propios
miembros del sistema, y acaban desarrollándolo. Es a través de ellas que se
originan los cambios paradigmáticos que permiten una nueva visión y misión de
la institución.
El quinto aspecto del sistema es la visión holística, necesaria en cualquier
análisis de sistema. Es necesario estudiar la universidad en su expresión
holística, los resultados de su interacción interna y externa para luego derivar
en el estudio de sus componentes.
El análisis de estos aspectos, su desarrollo y manifestación no son privativos
de las universidades, su actuación se evidencia en las organizaciones sociales,
como procesos sistémicos abiertos. Estos aspectos contribuyen con su
presencia en la caracterización del sistema, lo acciona, lo mueve y hasta
promueve su evolución. El sistema no es estático, mientras éste existe está en
continuo movimiento, y esa acción es inducida a través de sus propias
características.
Es necesario recordar que la organización social es abierta, por tanto,
algunos paradigmas pueden, y son, reforzados desde fuera del sistema a
través de los actores (estudiantes, profesores y gestores del sistema). Los
sistemas sociales presentan relaciones de tipo no lineal, demoras en el tiempo
entre algunas causas y sus efectos, y aleatoriedad. Este es el momento del
proceso donde se manifiesta la identidad de la universidad, y que es propia de
cada institución.
Las universidades, como centros gestores del conocimiento, deben ser
lugares de transformación cultural, en un clima universitario fecundo y en
continuo desarrollo. Se deben caracterizar por el alcance de sus acciones y la
rapidez y certeza en la toma de decisiones, por su compromiso con los actores,
la simplicidad y la autonomía. Sin lugar para el dogmatismo académico, la
improvisación en la gestión o la parálisis por análisis.
Esta significación de la universidad representa un avance conceptual que
busca transformar los procesos tradicionales de la universidad en nuevas
realidades, en el servicio a la comunidad, en la solución de problemas, la
preservación y desarrollo de la cultura. Esta nueva Universidad, todavía en el
horizonte para Latinoamérica, debe ser comprometida, flexible y trascendente,
para poder anticiparse a los cambios. Mostrar liderazgo institucional, individual
y colectivo, innovación y visión, orientado anticipadamente a las nuevas
demandas de la sociedad.
El quehacer en el proceso de gestión universitaria se caracteriza por los
procesos simples y adaptables, no se compone de técnicas rígidas e
inmutables. Lo que significa que un modelo exitoso en una organización en
cierta época, puede no serlo en otra organización o en ésta misma en épocas
diferentes. Por tanto, se hace imperativa la búsqueda constante de modelos