de esto; pero, lógicamente, al ser un proceso complejo muestra muchas aristas
y se desarrolla en un período bastante largo.
Como producto de estas reflexiones se puede aseverar que es la sabiduría
del hombre, la que le ha permitido desarrollar su capacidad natural y alcanzar
niveles cada vez más altos para mantener su vida sobre la Tierra durante
tantos miles de años. Es necesario e importante analizar otras dos
particularidades específicas del Homo sapiens: el homo economicus y el homo
ethicus, que si bien no están dentro de ninguna categoría taxonómica,
justificación su aparecimiento, dado que tienen una concepción abstracta y
cuyos instrumentos de análisis se construyen con la finalidad de describir
aspectos relacionados con el comportamiento del hombre y que se han ido
desarrollando en el trascurso de su paso por el mundo.
El primero de estos (homo economicus) evidencia la utilización de una
racionalidad que, si bien se concibe como objetiva, por lo cual encuentra su
mayor aceptación y validez en el sentido de su cercanía a la ciencia, se
desmorona frente a la evidencia de un mundo flagelado o distorsionado, que
muestra pobreza, desigualdad y, ahora, deterioro del medio ambiente.
El segundo caso, (homo ethicus), permanece estoico, buscando el momento
oportuno para expandirse y poder ocupar el sitio que le corresponde, seguro de
que no es una simple moralidad la que lo sustenta. Para decirlo con una
metáfora -tratando de ser didácticos- se lo explicaría diciendo que son dos
gafas, de diferente color; y añadiría, que a más del color, poseen lentes
correctivos, para dos anormalidades visuales distintas: la miopía y el
astigmatismo. El uno tiene una buena visión en el corto plazo; pero, carece de
visión de largo plazo (posee miopía); el otro, tiene una visión de largo plazo;
pero, tal vez en la coyuntura, puede mirar distorsionada la realidad. La defensa
de la sustentabilidad del planeta y la supervivencia de la especie humana
merecen un esfuerzo de complementariedad, tal como lo hacen las gafas, para
lograr un mecanismo que permita satisfacer las necesidades humanas y a su
vez no destruya la naturaleza, un poco de la racionalidad del Homo sapiens
aplicada.
1.2. Dos probables desenlaces: catástrofe o desarrollo sustentable
Tanto la academia, como en su tiempo Malthus, (Martínez, 2015, p. 1-10),
tienen muchas respuestas que parten de una reflexión teórica. Una de ellas, el
desarrollo sostenible, que cada día cobra mayor fuerza. Bien se podría decir
que son los lentes de corrección para ambas anomalías, ya que sin pensar en
dejar de producir, integra las variables: económica, ambiental, social y política,
lo que garantiza una producción rentable que determine, además, el cuidado
ambiental, considerando los contextos locales.
Un caso particular, dentro de este macro concepto que enmarca lo que es el
desarrollo sostenible, es el reciclaje, que puede pensarse como una actividad
fragmentada; sin embargo, se considera que tiene que ver con uno de los
aspectos que ha llevado a la debacle al tema ambiental: el consumismo, como
forma o estilo de vida imperante dentro de la formación económica actual,
donde el hombre se ha dedicado a producir y consumir sin medir las
consecuencias que esto implica para su entorno.
Hasta hace algunas décadas se podía hablar de sistemas económicos cuya
estructura se clasificaba como de economía de mercado o centralmente
planificada, gracias a la prevalencia de una de estas; antes y ahora no se
encuentran sistemas económicos puros, sino más bien lo que se denomina