Marzo 2018 (Especial)
Vol. 2, No. 4
ISSN 2602-8247
http://retosdelacienciaec.com
mcrevistas@gmail.com
EVOLUCION O APRENDIZAJE
EVOLUTION OR LEARNING
Shirley Patricia Murriagui Lombardi
1
Luis Eduardo Prado Yépez
2
Mónica Jaqueline Viteri Gordillo
3
Recibido: 2017-12-02 / Revisado: 2018-03-01 / Aceptado: 2018-03-05 / Publicado: 2018-03-31
RESUMEN
El presente artículo es una reflexión que sitúa la crisis ambiental en los
actuales momentos, considerando al ser humano como ente que atraviesa un
proceso evolutivo y que demarca diferentes estatus. Menciona a Malthus quien
otrora planteara su pesimista tesis, llegando al tema del reciclaje como una
solución poco banal, que tiene a Alemania entre los principales activistas, sobre
estos temas, enmarcándose en el denominado prereciclado. Queda la pregunta
¿el hombre evolucionó o está en un continuo proceso de aprendizaje? Esto no
ha concluido, podemos esperar que encuentre el camino necesario que
garantice su supervivencia como tal, que por ahora está en juego, de continuar
el devastador ciclo productivo que manejamos en la actualidad. Este trabajo
pretende conocer la problemática ambiental tan acuciante y compleja frente a
las facetas que el ser humano ha tenido en esta trayectoria, a través de la
investigación bibliográfica que permite realzar el trabajo de Malthus más allá de
sus predicciones nefastas en miras de construir un mañana mejor desde la
visión del homo ethicus.
Palabras clave: evolución, aprendizaje, prereciclado, supervivencia.
1
Máster en Educación Ambiental, Docente de la Carrera de Pedagogía de las Ciencias
Experimentales, Química y Biología de la Universidad Central del Ecuador, Ecuador. E-mail:
smurriaguil@uce.edu.ec
2
Máster en Docencia Universitaria y Administración, Docente de la Carrera de Pedagogía de
los Idiomas Nacionales y Extranjeros de la Universidad Central del Ecuador, Ecuador. E-mail:
leprado@uce.edu.ec
3
Magister en Economía de la Universidad de Gdansk de Polonia, Docente de la Carrera de
Pedagogía de los Idiomas Nacionales y Extranjeros de la Universidad Central del Ecuador,
Ecuador. E-mail: mjviteri@uce.edu.ec
Forma sugerida de citar: Murriagui-Lombardi, Sh. P., Prado-Yépez, L. E. y Viteri-Gordillo, M. J. (2018).
Evolución o aprendizaje. Retos de la Ciencia, 2(4), pp. 64-72.
Shirley Murriagui / Luis Prado / Mónica Viteri
ABSTRACT
This article is a reflection that situates the environmental crisis in the current
moments, considering the human being as an entity that goes through an
evolutionary process and that demarcates different status. Mention to Malthus
who once raised his pessimistic thesis, coming to the issue of recycling as a
little banal solution, which has Germany among the main activists on these
issues, framed in the so-called pre-cycling. The question remains: did man
evolve or is he in a continuous process of learning? This is not over, we can
expect it to find the necessary path to guarantee its survival as such, which for
now is at stake, to continue the devastating productive cycle that we are
currently handling. This work pretends to know the environmental problematic
so pressing and complex in front of the facets that the human being has had in
this trajectory, through the bibliographical investigation that allows to enhance
the work of Malthus beyond his dire predictions in order to build a tomorrow
better from the view of Homo ethicus.
Keywords: evolution, learning, prerecycling, survival.
INTRODUCCIÓN
Si nos ubicamos en los albores de la humanidad para referirnos al Homo
sapiens, que constituye el referente de diferenciación entre los animales y el
hombre, encontramos que es una especie de primates, perteneciente a la
familia de los Homínidos. Se perciben ya en él algunas de las características
que poseen los seres humanos, tales como las capacidades mentales, que son
las que les permiten hacer uso de estructuras lingüísticas complejas, con el fin
de comunicarse, la utilización de las matemáticas, la lógica, la escritura, la
música, la ciencia y la tecnología, que se empiezan a usar para el progreso y el
bienestar.
Se dice que los humanos somos animales sociales gracias a que somos
capaces de concebir, transmitir y aprender conceptos totalmente abstractos,
además de otros aprendizajes que permiten desarrollar procesos de
comunicación y colaboración para alcanzar mejores condiciones de vida, en
cada una de las épocas históricas por las que ha atravesado, pero ¿en qué
radica esta distinción como animal social? ¿Existen otros animales sociales? o,
¿somos los únicos que ostentamos esta adjetivación? Filosóficamente, a través
de la historia el hombre se ha definido de numerosas maneras. Ha ido
encontrando el sentido de la vida en base a los principios que le han otorgado
los planteamientos en cada etapa de la evolución de su nivel de conciencia. El
hecho natural que atraviesa su camino por el mundo aún no concluye.
Es interesante la idea que se plantea en relación con la noción de
inteligencia, contraponiendo a la concepción filosófica tradicional, la misma
resalta que esta no es una capacidad abstracta y preformada de la mente
humana, sino más bien, se trata de un proceso de adaptación y organización
de sistemas de acciones, la inteligencia se concibe como funcionamiento
adaptativo. Más aún, se descubre que en este proceso constructivo el
aprendizaje se vuelve un aspecto necesario a ser considerado en la evolución
de las estructuras del conocimiento” Así, en este proceso evolutivo todo nuevo
cambio o modificación de los esquemas en función de la experiencia es
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conceptuada como aprendizaje, contrariamente a las modificaciones que no
obedecen a la experiencia…..” (Dongo, 2008, p. 171). Bien puede decirse, que
el ser humano continúa en su proceso de aprendizaje.
El desarrollo y evolución de la especie es lento pero seguro, las especies
evolucionan permanentemente y durante este proceso el aprendizaje es
cambiante dando la oportunidad al hombre a la adaptación según su contexto.
Con esta aseveración se indica que el hombre es un ser en permanente
evolución, que no se reduce a lo que sigue aprendiendo, sino que asimila y se
transforma con cada aprendizaje; por lo tanto, el aprendizaje y la evolución son
procesos inacabados, en permanente trasformación. Aún es posible y
necesario, en la medida en que las circunstancias lo exigen para continuar
sobreviviendo, como especie, en el Planeta y convertirse en la secuencia de la
continuidad de la vida humana, cada vez más compleja, desarrollada y con
nuevos desafíos que él mismo va creando.
Está claro que el ser humano dispone de muchas herramientas para
concienciar su pasado y proyectar su futuro, precisamente en base a las
capacidades físicas e intelectuales conferidas por la naturaleza. Puede ser que
sea consciente y responsable de los peligros y aciertos de sus acciones debido
a las capacidades intelectivas de análisis y razonamiento que posee. Es la
única especie que reflexiona sobre sus experiencias, las valora y las incorpora
o las desecha, dependiendo de la utilidad que estas le ofrecen para su
bienestar. Esto es verdadero en cierta medida ya que, al parecer, tiene certeza
en valorar qué es lo mejor; sin embargo, los resultados no siempre lo avalan.
DESARROLLO
Si hacemos una mirada retrospectiva hasta llegar a 1798, año en el que
aparece la teoría de Malthus, que pronosticó que la población aumentaría con
más rapidez que el suministro de comida, se encuentra una explicación, en
términos matemáticos: la población tendría un crecimiento geométrico, (2, 4, 8,
16 mientras que los alimentos crecían solo de forma aritmética, (1, 2, 3, 4, 5).
Malthus predijo, con ello, una catástrofe que no se llegó a producir gracias a
que la tecnología invirtió la tendencia de crecimiento del suministro de
alimentos (Martínez, 2015, p. 4-5).
1.1. Homo economicus y Homo ethicus
En la actualidad, el mundo se ve envuelto en una cuasi - catástrofe
ambiental, cuya magnitud no se alcanza a dimensionar. Una vez más,
corresponde hacer uso pleno de las facultades intelectivas del ser humano para
corregir y avanzar. Continúa en desarrollo la idea del Homo sapiens (hombre
sabio), que ha tenido ciertamente una evolución que posee varias
denominaciones en correspondencia a características específicas del hombre
en el transcurso de su evolución, entre otras: Homo erectus, Homo habilis, etc.,
materia de profesionales antropólogos quienes, hasta la actualidad, continúan
realizando investigaciones para conocer más de nuestro caminar en el planeta.
Producto de estos importantes hallazgos es el énfasis que se pone en el Homo
sapiens. ¿A qué se debe esta específica y particular nominación?, pues bien,
en el plano de la evolución, se refiere al conjunto de rasgos que le hizo
diferenciarse al hombre actual de los demás homínidos, dándole la posibilidad
de realizar ciertas acciones que le permitieron sobrevivir. Básicamente se trata
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de esto; pero, lógicamente, al ser un proceso complejo muestra muchas aristas
y se desarrolla en un período bastante largo.
Como producto de estas reflexiones se puede aseverar que es la sabiduría
del hombre, la que le ha permitido desarrollar su capacidad natural y alcanzar
niveles cada vez más altos para mantener su vida sobre la Tierra durante
tantos miles de años. Es necesario e importante analizar otras dos
particularidades específicas del Homo sapiens: el homo economicus y el homo
ethicus, que si bien no están dentro de ninguna categoría taxonómica,
justificación su aparecimiento, dado que tienen una concepción abstracta y
cuyos instrumentos de análisis se construyen con la finalidad de describir
aspectos relacionados con el comportamiento del hombre y que se han ido
desarrollando en el trascurso de su paso por el mundo.
El primero de estos (homo economicus) evidencia la utilización de una
racionalidad que, si bien se concibe como objetiva, por lo cual encuentra su
mayor aceptación y validez en el sentido de su cercanía a la ciencia, se
desmorona frente a la evidencia de un mundo flagelado o distorsionado, que
muestra pobreza, desigualdad y, ahora, deterioro del medio ambiente.
El segundo caso, (homo ethicus), permanece estoico, buscando el momento
oportuno para expandirse y poder ocupar el sitio que le corresponde, seguro de
que no es una simple moralidad la que lo sustenta. Para decirlo con una
metáfora -tratando de ser didácticos- se lo explicaría diciendo que son dos
gafas, de diferente color; y añadiría, que a más del color, poseen lentes
correctivos, para dos anormalidades visuales distintas: la miopía y el
astigmatismo. El uno tiene una buena visión en el corto plazo; pero, carece de
visión de largo plazo (posee miopía); el otro, tiene una visión de largo plazo;
pero, tal vez en la coyuntura, puede mirar distorsionada la realidad. La defensa
de la sustentabilidad del planeta y la supervivencia de la especie humana
merecen un esfuerzo de complementariedad, tal como lo hacen las gafas, para
lograr un mecanismo que permita satisfacer las necesidades humanas y a su
vez no destruya la naturaleza, un poco de la racionalidad del Homo sapiens
aplicada.
1.2. Dos probables desenlaces: catástrofe o desarrollo sustentable
Tanto la academia, como en su tiempo Malthus, (Martínez, 2015, p. 1-10),
tienen muchas respuestas que parten de una reflexión teórica. Una de ellas, el
desarrollo sostenible, que cada día cobra mayor fuerza. Bien se podría decir
que son los lentes de corrección para ambas anomalías, ya que sin pensar en
dejar de producir, integra las variables: económica, ambiental, social y política,
lo que garantiza una producción rentable que determine, además, el cuidado
ambiental, considerando los contextos locales.
Un caso particular, dentro de este macro concepto que enmarca lo que es el
desarrollo sostenible, es el reciclaje, que puede pensarse como una actividad
fragmentada; sin embargo, se considera que tiene que ver con uno de los
aspectos que ha llevado a la debacle al tema ambiental: el consumismo, como
forma o estilo de vida imperante dentro de la formación económica actual,
donde el hombre se ha dedicado a producir y consumir sin medir las
consecuencias que esto implica para su entorno.
Hasta hace algunas décadas se podía hablar de sistemas económicos cuya
estructura se clasificaba como de economía de mercado o centralmente
planificada, gracias a la prevalencia de una de estas; antes y ahora no se
encuentran sistemas económicos puros, sino más bien lo que se denomina
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economías mixtas. El tema del consumismo se ha desarrollada
extremadamente en las economías de mercado, en donde prima el libre juego
de la oferta y la demanda, quizás por el empeño de la oferta en satisfacer a la
demanda, sin consideraciones éticas.
El consumismo se relaciona, por el lado de la oferta, con una
sobreproducción; y, por el lado de la demanda, con el consumo inherente a
esta. Ese consumo, quizás desmedido, se corresponde con la sociedad de la
obsolescencia programada: usa y deshecha, ante lo cual el reciclaje se
convierte en una campaña permanente que intenta cambiar los pensamientos
de las personas, para que realicen acciones conscientes, cuyo objetivo
principal es incrementar la utilización de los recursos con el fin de que se
satisfagan las necesidades, sin desmedro o afectación del medio ambiente.
La ciencia económica ha teorizado un aspecto importante del proceso
productivo denominándolo externalidades. Existen dos tipos: negativas y
positivas que se generan como resultado de una actividad económica cuando
su costo o su beneficio no se encuentra contabilizado dentro del lculo
explícito de costo-beneficio, sino que aparecen de manera tácita. Un ejemplo
de una externalidad positiva puede ser una escuela en un campo de
explotación petrolera; un ejemplo de una externalidad negativa puede ser la
contaminación auditiva que se produce en la zona aledaña a un aeropuerto. En
ambos casos se generan costos o beneficios que no se toma en cuenta y por
los cuales, no se paga. Los niños que asisten a la escuela no pagan
(beneficio), el ciudadano con Una afectación auditiva (costo) no recibe
compensación.
Las externalidades pueden ser muy variadas, y el mecanismo de ajuste es
encontrar la manera de internalización. De esta forma se incrementan de
aplicarse de manera racional los principios de las externalidades, se podrían
incrementar las externalidades positivas. Este es el sustento de una de las
orientaciones actuales en temas de conservación de medio ambiente: el que
contamina, paga. No es otra cosa sino internalizar una externalidad negativa.
De esta forma se incrementan con el paso del tiempo llegando a constituir una
oferta de bienes y servicios, muchos de los cuales se transforman
positivamente; sin embargo, dada su inmensa variedad pueden también
permanecer los efectos negativos y constituir un cúmulo de desperdicios que
afectan la vida diaria.
Algunos autores comparten la idea de que Malthus favoreció en su análisis a
los sectores más ricos de la población y tuvo una lectura cuestionable sobre los
menos favorecidos. Malthus hizo una advertencia importante sobre el
descontrol y la miseria que están latentes en la relación no armoniosa entre
población y alimentos (y añadimos nosotros: recursos). Se hace necesario
volver a Malthus, no tanto como proyecto sino para rescatar aquellas ideas
suyas en las que advierte de los peligros que conlleva un mal manejo
económico. No se puede hablar de distribución equitativa y de desarrollo social
sin antes asentar bien la capacidad de producción.
Del documento mencionado anteriormente, (Martínez 2015, p. 5 - 8), quien trae
a colación el tema y, quizás donde Malthus resuena más que nunca, es en la
incapacidad del Planeta de proveer la enorme cantidad de recursos que el
mundo exige diariamente. Mientras que a Malthus se le puede discutir que
gracias a la tecnología es posible producir más alimentos, ¿ocurre lo mismo
con los recursos naturales? ¿Tenemos ya la piedra filosofal que no sólo
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convierta el plomo en oro sino también el aire en petróleo? ¿O podemos
regenerar de manera inmediata la cantidad de bosques deforestados? ¿O
revivir a todas las especies extintas?
Malthus pone en evidencia la relación no armoniosa entre población y
alimentos, se añade hoy recursos-. Es vigente el peligro que conlleva la
reflexión inexistente en cuanto a la producción que realiza el hombre; ambos
Homo economicus y ethicus, son complementarios, de ningún modo,
excluyentes.
1.4. Países que están a la vanguardia en este tema
Uno de los países que se encuentra a la vanguardia en el tema de reciclaje
es Alemania. Según las estadísticas de Eurostat, en este país se recicla el 65%
de los residuos. Ocupa el primer lugar en el mundo en reciclaje, seguido de
Austria y Bélgica. La cultura del reciclaje alemana tiene que ver con una
minuciosa reglamentación a la que todos los ciudadanos tienen acceso,
incluidos aquellos que vienen de otros países. Se dice que si alguien llega a
vivir en Alemania necesita varias vidas para dominar la práctica del reciclaje en
un ciento por ciento, ya que los alemanes están bastante avanzados en el
tema. Varios aspectos se explican con el fin de evitar problemas de convivencia
y que los vecinos lleguen a llamarlos la atención. Una de las costumbres más
arraigadas es la clasificación de los residuos. En cifras oficiales se conoce que
existe un 47 por ciento de reciclaje y un 18 por ciento al compostaje. Estos
logros son muy importantes ya que contribuyen, tanto a la preservación del
clima como de los recursos naturales. (Deutschland, 2015, p. 1)
Más allá del reciclaje, en Alemania, existen propuestas de empresas en las
que no se utilizan envases; es decir, no se trata ya solamente de reutilizar, sino
de evitar hacerlo. En la ciudad de Berlín, una empresa vende productos al
granel y se paga por el producto. Un cambio en el estilo de vida que, aunque
parezca simple, tiene un contenido profundo porque abarca todas las etapas
del proceso productivo de distribución y consumo, tomando en consideración
que el mejor reciclado es el que no se produce y se lo ha denominado:
preciclado. (Umwlb Bundesam, 2017, p.1)
En contraste con lo que pase en países europeos, ya para el año 2015 la
investigación sobre “El Comportamiento del consumidor y la cultura de reciclaje
de residuos sólidos: Caso Mancomunidad Patate” pronostica, según datos del
Ministerio del Ambiente, que la generación de basura para el año 2017
superaría los 5,4 millones de toneladas métricas, (Ruiz , 2015, p. 5).
Lamentablemente a pesar de muchos esfuerzos de los gobiernos seccionales,
la cultura de reciclaje no se instaura en el Ecuador, y se espera que pueda
constituirse cuando exista la ocasión para complementarla con un incentivo
económico que permita que pasemos del Homo economicus al Homo ethicus
alcanzando niveles satisfactorios en este sentido, proyectándonos hacia otros
mecanismos que no solo sean incentivos monetarios, sino que contemplen
instrumentos que permitan captar la atención del consumidor y lograr el tan
anhelado cambio hacia el Homo ethicus; este es el papel que según (Novo,
2009, p. 196), le corresponde a la educación ambiental, a pesar de que en la
actualidad, esta, se enfrenta a dos grandes retos, tanto en la relación ecológica
que implica la formación de niños, jóvenes y adultos en la toma de decisiones y
valores comportamentales como en los desafíos sociales, donde la riqueza mal
distribuída aporta a los grandes problemas ambientales, de allí que la
educación ambiental, sea preponderante como instrumento de cambio. Sin
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embargo para que se constituya como tal, las decisiones deben surgir de las
políticas públicas en conjunto con la particiación de la ciudadanía de manera
resposnsable y eficaz.
1.3 La Educación Ambiental, responsabilidad política y social.
La Constitución de la República del Ecuador (2008), en su artículo 27 reconoce
la educación ambiental como un derecho de las personas y un deber ineludible
del Estado, como un área prioritaria de la política pública:
…”La educación se centrará en el ser humano y garantizará
su desarrollo histórico, en el marco del respeto a los derechos
humanos, al medio ambiente sustentable y a la democracia;
será participativa, obligatoria, intercultural, democrática,
incluyente y diversa, de calidad y calidez…” (Constitución
2008. p. 33)
En tanto que el Artículo 14 reconoce el derecho que tienen las
personas “a vivir en un ambiente sano, ecológicamente equilibrado, que
garantice la sostenibilidad y el buen vivir, suma kawsay”. (Constitución 2008. p.
29), lo que se complementa con las disposiciones de los numerales 1 y 2 del
Artículo 395:
…”1.- El Estado garantizará un modelo sustentable de
desarrollo ambiental equilibrado y respetuoso de la diversidad
cultural, que conserve la biodiversidad y la capacidad de
regeneración natural de los ecosistemas, y asegure la
satisfacción de las necesidades de las generaciones presentes
y futuras. 2.- Las políticas de gestión ambiental se aplicarán de
manera transversal y serán de obligatorio cumplimiento por
parte del Estado en todos sus niveles y por todas las personas
naturales o jurídicas en el territorio nacional…”! (Constitución
2008. p.177)
EL Buen Vivir es un principio constitucional basado en el ´Sumak
Kawsay´, que recoge una visión del mundo centrada en el ser humano, como
parte del entorno natural y social que aporta a la armonía social con la
naturaleza y que se apoya en las diferentes normas, entre ellas la Ley Orgánica
de Educación Intercultural (LOEI), que en su Artículo 6 establece que entre las
obligaciones del Estado se encuentran la de: …“m) propiciar la investigación
científica, tecnológica y la innovación, la creación artística, la práctica del
deporte, la protección y conservación de patrimonio cultural, natural y del medio
ambiente y la diversidad cultural y lingüística…” (LOEI. p. 2)
Se identifica de esta manera la importancia de la inclusión de la educación
ambiental en el currículo de los distintos ciclos educativos; sin embargo, será
necesario aunar esfuerzos desde la academia, el sector público y el sector
privado para alcanzar objetivos mínimos en el tema. Se deberá avanzar con la
consigna de ese nuevo estilo de vida como nueva manera de relacionarse con
los demás y de construir la propia identidad. (Ruíz, 2006, p. 8-9)
La educación, entendida como un proceso tendiente a obtener el desarrollo
pleno de las facultades del ser humano, contextualizado en su entorno, se
convierte en un instrumento de enseñanza aprendizaje que permite
vislumbrar soluciones y que apertura caminos para su realización, dando un
significado anclado en las profundas aspiraciones del ser humano. La
educación contribuye al desarrollo de una forma de vida en armonía con la
naturaleza, respetando sus derechos, según mandato constitucional.
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El aspecto relacionado con la sociedad consumista presenta dos
lecturas opuestas: una fácil en relación a los privilegios privados y una
incomprensible y difícil en torno al abismo de miserias públicas. El consumo
más que parte de un proceso muestra la manera de relacionarse y de construir
su propia identidad. La sociedad consumista se traduce en una crisis cultural y
de valores, desborda lo material. Frente a las actuales pautas de consumo
dadas desde la espera de la producción, urge un replanteamiento de
alternativas éticas provenientes de los ciudadanos consumidores (Rodríguez,
2012, p. 1-23).
CONCLUSIONES
Al ser humano no le basta ser Homo sapiens para tener una relación
armónica con la naturaleza, pues la realidad ha demostrado que es su actividad
la que ha conducido al Planeta al deterioro ambiental poniendo en riesgo su
propia supervivencia y la del resto de las especies, debido al abuso en la
utilización de los recursos naturales en beneficio de un reducido sector de los
habitantes del planeta, lo que ha deteriorado su equilibrio, destruido sus
disponibilidades y reducido la calidad de vida de millones de seres humanos.
La imposibilidad de mantener el actual modelo de crecimiento y/o desarrollo
hace surgir la necesidad de consumidores responsables.
Distinguir entre lo que es el homo economicus y el homo ethicus, nos ayuda
a comprender que con el pasar del tiempo el hombre ha tomado diferentes
posiciones frente a la utilización racional de los recursos, que, para esta era
debe verse desde el punto de vista de la sustentabilidad. La defensa de la
sustentabilidad del Planeta y la supervivencia de la especie humana merecen
un esfuerzo de complementariedad que satisfaga las necesidades y, a su vez,
no destruya la naturaleza. Un poco de la racionalidad del Homo sapiens, que
vista desde la mirada de una y otra posición sigue siendo incompleta y es
necesario hacer un esfuerzo de complementariedad para alcanzar un equilibrio
de visión ante la situación presente y futura. La actividad económica no puede
desarrollarse al margen de una ética de respeto a la naturaleza y a las propias
necesidades de la especie humana, sino que debe buscar alternativas de
solución a los problemas ambientales, una de esas alternativas la constituye el
reciclaje como un mecanismo que contribuye a detener el deterioro del Planeta
porque evita el consumismo, el desperdicio y la destrucción de muchos bienes
que no son valorados sino cuando desaparecen. El reciclaje ahorra esfuerzo
humano y recursos naturales, lo que permite un mayor nivel de sustentabilidad,
ahorro de energía y esfuerzos colectivos.
Sin dejar atrás el principio de población de Malthus, (Malthus, 1846, 1-151),
que para su época fue catastrófico, hoy por hoy es una utopía que si no lo
tomamos en serio podrá constituirse en un gran problema a futuro. Si bien las
acciones del hombre están cambiando frente a la resolución de problemas
ambientales, es necesario aunar esfuerzos para generar nuevas formas de vivir
en armonía con nuestros intereses y con los de la naturaleza, desarrollando
formas e instrumentos que incorporen una cultura de respeto en la relación
hombre-naturaleza.
En Alemania se han alcanzado importantes niveles de reciclaje porque este
proceso se ha inoculado como un componente fundamental de la cultura en la
población. Se dice que cien por ciento de esta práctica ubica a este país
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como el primero en el mundo en alcanzar un desarrollo sustentable porque se
ha optimizado el proceso productivo en todas sus fases; en tanto que en el
Ecuador se han realizado importantes esfuerzos, especialmente a nivel jurídico,
para desarrollar instrumentos de educación formal tendientes a alcanzar una
cultura de educación ambiental que contribuya a la conservación del medio
ambiente y a la incorporación habitual de una cultura de respeto con el
ambiente y que procure alcanzar tanto el equilibrio del Planeta como el
bienestar del ser humano.
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