Enero junio, 2018
Vol. 2, No. 3
ISSN 2602-8247
http://retosdelacienciaec.com
mcrevistas@gmail.com
LA EDUCACIÓN PARA EL DESARROLLO SOSTENIBLE
EN EL CURRÍCULO UNIVERSITARIO
EDUCATION FOR SUSTAINABLE DEVELOPMENT IN
THE UNIVERSITY CURRICULUM
Shirley Patricia Murriagui Lombardi
1
Mónica Jaqueline Viteri Gordillo
2
Segundo Napoleón Barreno Freire
3
Recibido: 2017-07-04 / Revisado: 2017-08-27 / Aceptado: 2017-10-15 / Publicado: 2018-01-01
RESUMEN
La educación como motor de cambio integra mayor realismo y utilidad a los
problemas de la vida, la escuela es el pilar para superar las dificultades
ambientales, sociales, intelectuales y afectivas, a través de estructuras
educativas acordes a su contexto, contribuyendo a contrarrestar los efectos
negativos de la globalización frente al medio natural apoyada en currículos
relacionados con las preocupaciones sociales y ambientales, que, desde la
academia, entes rectores de educación y distintas instituciones y organizaciones
impulsen estudios y programas relacionados con la Educación Ambiental con
enfoque de desarrollo, fomentando en la sociedad la búsqueda de soluciones
para mejorar las condiciones ambientales. Este ensayo intenta esclarecer la
posición de la Educación Ambiental y de la Educación para el Desarrollo
Sostenible en el currículo universitario como aporte al eje de formación de las
carreras de pregrado considerando el contexto ecuatoriano, a través del
recorrido bibliográfico de los hechos y situaciones de nuestro entorno.
Palabras Clave: educación ambiental, educación para el desarrollo
sostenible, currículo universitario
SUMMARY
Education as an engine of change integrates greater realism and usefulness
to the problems of life, school is the pillar to overcome environmental, social,
intellectual and affective difficulties, through educational structures according to
their context, helping to counteract the negative effects of globalization against
1
Máster en Educación Ambiental, Docente de la Carrera de Pedagogía de las Ciencias Experimentales,
Química y Biología de la Universidad Central del Ecuador, Ecuador. E-mail: smurriaguil@uce.edu.ec
2
Máster en Gerencia de Proyectos Educativos y Sociales, Docente de la Carrera de Pedagogía en Ciencias
Experimentales: Informática de la Universidad Central del Ecuador, Ecuador. E-mail: mjviteri@uce.edu.ec
3
Máster en Gerencia de Proyectos Educativos y Sociales, Docente de la Carrera de Pedagogía en Ciencias
Experimentales: Informática de la Universidad central del Ecuador, Ecuador. E-mail: sbarreno@uce.edu.ec
Forma sugerida de citar: Murriagui-Lombardi, Sh. P., Viteri-Gordillo, M. J. y Barreno-Freire, S. N. (2018).
La educación para el desarrollo sostenible en el currículo universitario. Retos de la Ciencia, 2(3), pp. 47-
54.
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Revista Científica Retos de la Ciencia. 2(3), pp. 47-54.
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the natural environment supported by curricula related to social and
environmental concerns, which, from the academy, governing bodies of
education and various institutions and organizations, promote studies and
programs related to environmental education with a development focus,
promoting society the search for solutions to improve environmental conditions.
This essay attempts to clarify the position of Environmental Education and
Education for Sustainable Development in the university curriculum as a
contribution to the formation axis of undergraduate careers considering the
Ecuadorian context, through the bibliographic journey of the facts and situations
of our environment.
Key Words: environmental education, education for sustainable development,
university curriculum
INTRODUCCIÓN
Permanentemente se habla de la intensa modificación de los sistemas
naturales en el uso y abuso del hombre sobre los recursos, sin embargo, se deja
de lado la relación entre la realidad ambiental, los modelos educativos vigentes
y la influencia que estos ejercen en el comportamiento de las personas. Estos
patrones no pueden verse desde cualquier modelo educativo, se debe entender
que las metas a seguir y los métodos para hacerlo están determinados por
estructuras ideológicas, y que a pesar que el conocimiento de los problemas
ambientales puede ayudar al cambio de actitud frente al medio, este, no asegura
el desarrollo de las habilidades y destrezas para actuar, es a través de la
Educación Ambiental (EA) que se ven fortalecidas las herramientas para la
Educación para el Desarrollo Sostenible (EDS), donde sociedad, economía y
ambiente conjugan como parte de un todo complejo para lograr el tan ansiado
buen vivir, sin embargo estos postulados no forman parte del currículo
universitario de las carreras de postgrado, ya que la EA ha sido insipiente en la
formación de los profesionales dentro de las aulas universitarias, de allí la
importancia de incluir en los nuevos diseños curriculares la Educación para el
Desarrollo Sostenible basado en los principios, metas y fines de la Educación
Ambiental.
DESARROLLO
”La educación debemos entenderla como la herramienta social y de
naturaleza pedagógica para generar mujeres y hombres libres, para una
sociedad libre…“ (Cortés , 2012, pág. 11), podríamos afirmar que la educación
es el vehículo más importante en la transmisión de la cultura y del conocimiento
humano, y desde una óptica teórica, es la Cultura, la que nos define como raza
humana, mujeres y hombres, que transitamos por el Universo, y por tanto es la
educación la que presenta como una de las herramientas más efectivas y
potentes para el logro del desarrollo integral de la sociedad, asociada al entorno
y que se sirve de la naturaleza como un contenido, un recurso o como un
instrumento al servicio de sus propósitos, en consecuencia la naturaleza se
convierte en un factor de educación cósmica que actúa sobre el individuo y sobre
la comunidad, dando posibilidades de procesos de formación continua y de
cambio en la conciencia y en el comportamiento de los individuos.
Shirley Murriagui / Mónica Viteri / Segundo Barreno
La educación para el desarrollo sostenible en el currículo universitario
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Bajo estas premisas debemos entender que la Educación Ambiental (EA),
definida como “…el proceso que consiste en reconocer valores y aclarar
conceptos con el objeto de fomentar las actitudes necesarias para comprender
y apreciar las interrelaciones entre el hombre, su cultura y su medio biofísico...”,
entraña la participación en la toma de decisiones y en la propia elaboración de
un código de comportamiento con respecto a las cuestiones relacionadas con la
calidad del medio ambiente” (UNESCO, 1977)
Pero ¿cuál es el verdadero papel que cumple la educación frente a la
problemática ambiental en los currículos escolares para que estos cambios sean
reales y efectivos?, toda vez que seguimos relacionando educación y ambiente
como una condición exclusiva de transversalidad que muchas veces está alejada
o restringida al ámbito escolar, y concebida como una disciplina independiente
del resto de las áreas curriculares, o simplemente destinada a un área de
especialidad, lo que supone que la práctica social integradora y transformadora
es lejana y poco contribuye al cambio de comportamiento manteniéndose
distante al enfoque de la Educación para el Desarrollo Sostenible, tanto en los
currículos escolares, cuanto en el currículo universitario, a pesar que la
problemática ambiental incumbe a toda la ciudadanía y está presente en todos
los ámbitos y etapas de la vida de los estudiantes.
Para conocer la relación entre educación y Educación Ambiental es
necesario remontarse hacia el año de 1972, cuando se realizó la primera
Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente Humano,
efectuada en Estocolmo, que reconoce la responsabilidad que las personas
tenemos en relación a la mejora en la calidad de vida, la protección, manejo y
buen uso de los recursos de la tierra, y la prevención y disminución de la
contaminación y la destrucción del medio natural a través de la educación, esta
y otras acciones educativas proambientales han recorrido un largo camino, que
se ve plasmado veinte años después en la Cumbre para la Tierra de 1992, a
través del Programa de la Agenda 21, un plan de acción global sin precedentes
a favor del desarrollo sostenible, que se cristalizó con la Cumbre de
Johannesburgo mediante la adopción de medidas concretas que identificaron
objetivos cuantificables para una mejor ejecución del programa y de las políticas
y acciones a favor del ambiente, en las que se destaca la importancia de la
educación como el factor de cambio en pro de la mejora de calidad de vida.
(Sostenible, 2002)
La Educación Ambiental como proceso de aprendizaje permanente, es el
pilar de la Educación para el Desarrollo Sostenible, y se basa en el respeto de
todas las formas de vida, afirma valores y acciones que contribuyen a la
transformación humana y social para la preservación ecológica, estimula la
formación de sociedades socialmente justas y ecológicamente equilibradas, que
conservan entre la relación de interdependencia y diversidad con
responsabilidad individual y colectiva en el ámbito local, nacional y planetario…”
(OIKOS , 1998, g. 7); de allí la importancia que tiene en el quehacer educativo,
donde el proceso de inter aprendizaje es continuo y permanente y dura toda la
vida y cuya meta principal es impartir en los grupos de educación formal, no
formal e informal, comportamientos y conciencia ambiental, conocimiento
ecológico, actitudes, valores, compromiso para acciones y responsabilidades
éticas para el uso racional de los recursos con el propósito de lograr un desarrollo
adecuado y sustentable. (UNESCO, 2009).
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Para cumplir con tales fines se han desarrollado varios programas y series de
Educación Ambiental para incorporarlos al currículo de la educación básica y
del bachillerato, y como ejes temáticos ambientales en el currículo universitario
y no como ejes de formación, lo que limita la promoción el pensamiento crítico y
la puesta en práctica a la resolución de problemas, sociales, ambientales y
económicos, es decir, en pleno siglo XXI todavía no llegamos a una educación
con un real enfoque ambiental y peor aún con enfoque hacia el desarrollo
sostenible, el énfasis sigue orientándose exclusivamente en atender las
capacidades o destrezas individuales, o en preparar profesionales para el
mercado, descuidando en el corazón del acto educativo los problemas de la
sociedad, perdiendo la oportunidad de fomentar la responsabilidad colectiva y el
carácter transformador y liberador sobre temas sociales, ambientales y
económicos y limitando a la EA a perpetuarse como un eje transversal educativo
y no como un eje social hacia una genuina educación para el desarrollo
sostenible (Novo, 2009).
La Educación Ambiental debe constituirse en una verdadera educación que
promueva la sostenibilidad, considerando que el concepto de sostenibilidad
incluye no sólo la squeda de la calidad ambiental, sino también la equidad y la
justicia social como criterios y valores que es preciso contemplar en los procesos
de formación (Aznar Minguet, 2009, pág. 221). Para nuestra realidad
ecuatoriana, estos procesos formativos dejan atrás el real compromiso de
cambio en el comportamiento ambiental de los estudiantes, y de la sociedad en
general (Solano, David; UNESCO) y por tanto sigue siendo difícil entender que
la EA no ha superado la barrera de la transversalidad, a pesar que en la práctica
educativa se la incorporado al currículo en varias modalidades como simples
recursos y no como un principio didáctico articulador de diferentes elementos
curriculares. (Martínez Castillo, 2012, p. 72).
El concepto de sostenibilidad es producto del Informe de la Comisión Bruntland del
año 1987, (Naciones Unidas, 1987) y define el término de “Desarrollo sostenible” como
“el desarrollo que satisface las necesidades actuales sin comprometer la capacidad de
las futuras generaciones de satisfacer sus propias necesidades”. Para (Pérez, 2005), la
Educación para el Desarrollo Sostenible (2005-2014), de la última década promovida
por la UNESCO, responde a las llamadas de atención de los especialistas y de la
ciudadanía en general sobre la gravedad de los problemas a los que se enfrenta hoy la
humanidad y que obligan a hablar de una real emergencia planetaria; este ha sido el
discurso, incluso, de muchas décadas atrás, y que hasta ahora no se ha hecho eco ni
en la ciudadanía ni en los actores políticos y grupos sociales de poder.
La visión global de la problemática ambiental dada la gravedad de los actuales
procesos relacionados con el medio ambiente, debe apoyarse en la Educación para el
Desarrollo Sostenible a través de distintas formas de aplicabilidad para resolver los
problemas ambientales según cada cultura, muchas de las cuales se centran en los
principios y valores que subyacen al desarrollo sostenible, considerando los tres ámbitos
de la sostenibilidad (medio ambiente, sociedad y economía) con una dimensión
profunda de cultura, de modo que las condiciones ambientales, sociales y económicas
únicas de cada localidad se reflejen en los procesos de enseñanza y aprendizaje en las
escuelas locales. (UNESCO, 2012, pág. 35), con técnicas pedagógicas que promueven
el aprendizaje permanente y participativo, de tal manera que la EDS se constituya desde
el punto de vista de la interdisciplinariedad, no en una mera disciplina, sino que todas
las disciplinas pueden contribuir a la Educación para el desarrollo sostenible.
La UNESCO ha realizado trabajos sobre Educación para el desarrollo
sostenible, evaluación de retos y oportunidades del decenio 2005-2014, (Carvo,
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2006) en el que se enfatiza la prioridad de las agendas políticas internacionales
que han ido ganando adhesiones progresivas, concretándose en normativas y
en convenios mundiales específicos sobre Biodiversidad, Cambio Climático,
Bosques, Agua, Suelos, Educación, etc...; estas iniciativas están contribuyendo
a una mayor convergencia mundial sobre los instrumentos de planificación socio
ambiental, evaluando críticamente los objetivos, los fundamentos, los retos y las
oportunidades del Decenio, de tal manera que la conversión de la problemática
ambiental se transforma en las aulas como parte importante de la Educación
para el desarrollo sostenible, y contempla entre sus ejes prioritarios reorientar
los programas educativos existentes con el propósito de lograr la sostenibilidad
desde la educación básica hasta la educación superior para enfrentar los
desafíos del mañana, (UNESCO, 2012), lo que evidencia la necesidad de
trabajar por el cambio desde la educación.
En la práctica educativa universitaria poco se conoce sobre la aplicación
programas de Educación para la sostenibilidad (Mckeown, 2002), a pesar de las
tantas reformas y recomendaciones desde la UNESCO, y es precisamente
porque la EA ha sido fragmentada según los objetivos de los programas
educativos (Sauvé, 1999), en relación a temas orientados hacia la educación
ciudadana, planetaria, de sociedades sustentables, responsabilidad global,
entre otras; sin dar la debida importancia a los cambios curriculares que deben
organizarse desde los ejes de formación para fomentar los valores de cambios
sociales, ambientales y económicos que aspiran elevar el nivel de formación, la
sensibilidad, el comportamiento y la concienciación a través del uso de
actividades educativas como respuesta a las necesidades de los problemas
sociales y ambientales.
La ambientalización curricular como se conoce a la aplicación desde el
currículo del eje ambiental apoyado en la EA y la EDS, sugiere nuevos retos de
profesionalización desde la formación y sobre todo desde la docencia, apoyada
en unas bases epistemológicas diferentes a las que suelen prevalecer en la
actualidad con propuestas que contienen algunas estrategias pedagógicas que
deben conllevar su implementación en el ámbito de la formación.
Un compendio de trabajos investigativos se puede evidenciar en
(AMBIENTALIZACIÓN CURRICULAR Y SOSTENIBILIDAD, NUEVOS RETOS
DE PROFESIONALIZACIÓN DOCENTE, 2012), donde se apuesta a la
generación de cambios desde la visión holística e integradora del entorno,
favoreciendo la participación colectiva en la resolución de los problemas
ambientales.
Como tal en el Ecuador no se registran estudios sobre la ambientalización
curricular desde los ejes de formación, sin embargo existe un diagnóstico de las
universidades ecuatorianas realizado en el año 2016, por el (MINISTERIO DEL
AMBIENTE, 2016) MAE, sobre la responsabilidad de promover actividades que
incluyan consideraciones ambientales y de sustentabilidad, que afirma la
capacidad y compromiso por parte de las Instituciones de Educación Superior
(IES) en la implementación y transversalización de las variables ambientales y
de sostenibilidad, pero que no se orienta hacia el cambio en el diseño curricular
universitario. Del total de 55 Universidades y Escuelas Politécnicas del país, que
según el Consejo de Educación Superior (CES) existen, 3 corresponden a
instituciones de postgrado, y sólo en ciertas carreras pedagógicas se incluye en
el currículo la EA con algunas orientaciones teóricas hacia el desarrollo
sostenible.
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Los resultados del diagnóstico universitario del MAE, en donde participaron
17 instituciones evidencia que el nivel de transversalización para la variable
ambiental y de sostenibilidad es medio en nuestro país, mientras que la oferta
académica en la mayoría de las universidades ecuatorianas está orientada a
carreras de pregrado centradas en temáticas ambientales, sin considerar la
ambientalización curricular, el currículo como tal está limitado por la ejecución
de actividades con relevancia ambiental, que no cuentan con presupuestos
establecidos para enfrentar un nuevo modelo curricular y peor aún que no
contribuyen a la puesta en marcha de programas de Educación para el
Desarrollo Sostenible.
Educar para el desarrollo sostenible no solo es incorporar los temas
ambientales y/o actividades de buenas prácticas ambientales, el fundamento de
la Educación para el Desarrollo Sostenible es la enseñanza y el aprendizaje,
para resolver problemas de la vida diaria, a través del conocimiento de temas
que aporten a dicho cambio con la ayuda de métodos participativos de
enseñanza y aprendizaje que motiven a los alumnos y les doten de autonomía,
a fin de cambiar su conducta y facilitar la adopción de medidas en pro del
desarrollo sostenible, Por consiguiente, la EDS promueve la adquisición de
competencias tales como el pensamiento crítico, la elaboración de hipótesis de
cara al futuro y la adopción colectiva de decisiones. La EDS exige cambios de
gran calado en los métodos pedagógicos que se aplican actualmente en el
currículo universitario de las carreras de pregrado en el Ecuador. (UNESCO,
2016)
CONCLUSIONES
La educación se enfrenta, cuando menos, a dos retos ineludibles: por un lado
el reto ecológico, que implica contribuir a formar y capacitar no sólo a jóvenes y
niños, sino también a los gestores, planificadores y las personas que toman las
decisiones, para que orienten sus valores y comportamientos hacia una relación
armónica con la naturaleza; y por otro, el desafío social que, en un mundo en el
que la riqueza está muy injustamente repartida, nos impulsa a transformar
radicalmente las estructuras de gestión y redistribución de los recursos de la
Tierra. Ambas cuestiones constituyen verdaderos ejes referenciales al hablar de
desarrollo sostenible. (Novo M. , 2006) (p. 356). Bajo este escenario la Educación
para el Desarrollo Sostenible no representa una tendencia de esta década ni una
simple fragmentación de la Educación Ambiental, constituye un compromiso
para que la erradicación del hambre, la escolaridad, la protección de la
biodiversidad y la inclusión social y económica estén ligadas a las causas y
efectos del deterioro ambiental.
La Educación para el Desarrollo Sostenible debe apoyarse en las propuestas
educativas que exigen la concreción previa de un cuerpo teórico, distinto del
resto de teorías o planteamientos disciplinares, con un enfoque holístico que
lleve implícito una forma de entender el mundo y de actuar en consecuencia con
sus necesidades, (Quiva , 2010, p. 381), de ahí la necesidad de dar mayor
relevancia a la Educación para el Desarrollo Sostenible a través de la puesta en
marcha de la Educación Ambiental en los currículos escolares, sobre todo en el
currículo universitario, como parte de la formación de formadores.
Lo que si es cierto es que debemos trabajar en forma operativa y financiera
en los procesos educativos, institucionalizar la Educación para el Sostenible,
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La educación para el desarrollo sostenible en el currículo universitario
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apoyado en la EA de forma comprometida, fomentando la relación entre los
elementos del desarrollo “sostenible” (económico, social, ambiental e
institucional), e integrando además al currículo universitario metodologías y
materiales de apoyo para favorecer la investigación, la conservación y la
protección de los ambientes naturales, en donde el compromiso bioético de los
actores educativos y del buen vivir involucren como tal a la naturaleza y su
problemática, hacia el cambio de comportamiento ambiental en los estudiantes
de todos los niveles.
Las IES deberán entender la importancia de sus ofertas académicas desde
los ejes de formación, y replantearlas de modo que involucren en todas las
carreras indistintamente que sean pedagógicas o no, no solo el enfoque
disciplinario en temas ambientales, sino desde la visión del currículo como tal
que involucre la investigación, fomente la creación de equipos interdisciplinarios
y promueva el cambio de actitud y comportamiento ambiental en pro de resolver
los problemas ambientales, apoyados en estrategias educativas promotoras del
cambio para el tan anhelado buen vivir.
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