inteligencia (Thurstone, 2004), así como de percepción de habilidades viso-
espaciales. Dicho test, según Thurstone (2013, p. 9) “resulta útil en todas las
ocasiones en que se desee apreciar las dotes de atención, así como la rapidez
y facilidad perceptivo-visual”. Para cuantificar la visión espacial existen varias
pruebas, una de ellas es el test de Frostig, el mismo que reúne características
que lo convierten en uno de los mejores test y más utilizados para evaluar
habilidades visoespaciales, el cual evalúa coordinación mano – ojo, posición el
espacio, copia, figura – fondo, relaciones espaciales, cierre visual, velocidad
visomotora y constancia de forma.
En cuanto a la variable escritura, es necesario caracterizarla, para lo cual se
escogió la definición de Pérez (2008, p.1) la escritura es “(…) plasmar
pensamientos en un papel u otro soporte material a través de la utilización
de signos. Estos signos, por lo general, son letras que forman palabras.” Esta
definición pone énfasis, en que la escritura es una de las formas de comunicar
lo que el sujeto piensa o reflexiona sobre algún objeto o acontecimiento,
plasmándolo por medio de signos en cualquier material, que luego el lector podrá
decodificar y comprender dichos pensamientos e incluso llegar a refutarlos.
En el mismo contexto, otro aporte importante es el de Lindemann (1987,
p.111). “La escritura es una parte importante del proceso de comunicación no
solo como medio de comunicación sino también como fuente de poder, como
necesidad social y como forma de obtener conocimiento y de resolver
problemas.” Para este autor, la escritura es indispensable en la interacción
humana, la misma que da lugar a la transmisión de ideas, sentimientos,
experiencias, entre otros, a través de signos gráficos.
Considerando las definiciones anteriores y para cumplir con el objetivo de la
investigación, se define a la escritura como el sistema que, mediante signos
convencionales y visibles, la misma que permite la materialización de una lengua
y la transmisión de la misma. Ya que para el ser humano es una necesidad
universal el expresar y comunicar sus ideas; en este sentido, en la antigüedad,
el ser humano se comunicaba por medio de señales, gestos o de manera oral
primitiva, y tanta fue la necesidad de seguir transmitiendo información que se
creó pictogramas, figuras, símbolos que facilitaron esa transmisión, hasta llegar
a lo que hoy conocemos como la escritura alfabética.
De manera general se puede decir entonces, que la escritura nos permite
comunicarnos con nuestros contemporáneos y transmitir nuestros pensamientos
a las generaciones futuras, por lo tanto “la escritura es elemento básico de
nuestra cultura y garantía de su porvenir” (UNESCO, s.f., p.1), es decir que a
través de la escritura todo ser humano puede desenvolverse y desarrollarse de
mejor manera en la sociedad. Siendo que, la capacidad para escribir no es sólo
el sello de la instrucción elemental, sino que como se dijo anteriormente, es un
medio esencial para el progreso individual y el bienestar colectivo. Por tal razón
la sociedad se ha interesado por saber cuáles son los métodos más eficaces
para enseñar a los niños y adultos a escribir en forma legible.
Como manifiesta Gray (2013) “por fortuna muchos de los problemas básicos
que entraña la enseñanza de la escritura han sido estudiados por siglos y se ha
aprendido bastante acerca de las dificultades de aprender a escribir bien y el
valor relativo de los diferentes métodos de la enseñanza de la escritura.”. Es así
que las investigaciones de años recientes aclaran aún más la naturaleza de la
escritura y los factores que influyen en su desarrollo y fortalecimiento durante los
primeros años de vida.