resultados obtenidos, lo cual no se cumple todo el tiempo, pues a veces los
investigadores, sobre todo en algunos artículos científicos, dejan intencionalmente
las interpretaciones para que sean hechas por el lector, restándole a este la
oportunidad de debatir con la idea del autor. Otras veces, ocurre que se hacen
interpretaciones meramente estadísticas de los resultados alcanzados, discutiendo
porcentajes y especulando acerca del motivo de determinadas tendencias y
correlaciones, sin contrastar hipótesis iniciales (si las hubiese) contra la teoría o en
el caso de elaboración de productos tecnológicos, cómo responden los resultados a
los requerimientos iniciales obtenidos a partir de las teorías.
Lo anterior viene a decir que, el papel de la teoría dentro de las investigaciones,
debería ser clave a la hora de entender los resultados obtenidos; sin embargo,
sobre todo en las ciencias sociales, no ocurre así todo el tiempo “los
posicionamientos ante la función de la teoría en las Ciencias Sociales en general y
en la investigación en particular son muy variados. Van desde hacerla totalmente
central hasta prácticamente ignorarla”, (Dendaluze, 1997, p. 83) esto lleva a dividir
el problema del uso de las mismas en la interpretación de los resultados en dos
vertientes, una (la que se acaba de mencionar) que se hace de manera
intencionada cuestionando al menos su importancia y otra (de donde se observó la
problemática) que es omitida por desconocimiento ya sea metodológico o científico.
Ambas vertientes se desarrollan a continuación.
Asimismo, para revisar el caso de la omisión intencionada del uso de la teoría
en los resultados obtenidos (el cual abarca en algunos casos toda la investigación),
hay que volver al sempiterno debate de enfoques, el cualitativo y el cuantitativo, que
la ciencia en general no termina de superar. En el aspecto cualitativo, el rol de la
teoría es significativamente menor, dependiendo también del diseño básico de la
investigación; donde se destacan la teoría fundamentada, los diseños etnográficos,
los diseños narrativos y los diseños de investigación-acción como los principales
(Hernández, Fernández y Baptista, 2014, p. 470) observándose que en cada uno de
ellos varía el rol de la teoría, pero en todo caso es significativamente menor que en
la investigación cuantitativa.
Con respecto a la teoría fundamentada, por seleccionar algún diseño del
enfoque cualitativo como ejemplo; sus autores diferencian entre los términos teoría
sustantiva y formal, la primera se refiere a explicaciones de los informantes sobre su
forma de percibir la realidad y la segunda se deriva del estudio por medio de un
riguroso proceso de abstracción, (Strauss y Corbin, 2002, p. 26) donde se observa
que efectivamente se usa, pero no como un marco interpretativo a partir de alguna
conocida, sino todo el tiempo a partir de lo obtenido en la propia investigación, por lo
que “es capaz de proporcionar teorías, conceptos, hipótesis, partiendo en forma
directa de los datos y no de marcos teóricos ya establecidos con anticipación”
(Giraldo, 2011, p. 80) es decir, en este caso es desarrollada por el investigador.
En otro orden de ideas, es conveniente revisar un poco como se define una
teoría para tratar de comprender lo ocurrido, enmarcando, que se trata de un
término polisémico pues existen múltiples definiciones de esta en el marco de las
investigaciones, muchas de ellas coinciden en que se trata de una asociación
sistemática de conceptos y proposiciones que sirven para resumir y relacionar
ideas, contenidos y conocimiento sobre un tema determinado. Algunos autores
incluso van más allá, como (Yurén, 2006, p. 33) que menciona “Una investigación
llega a ser ‘ciencia’ cuando en ella se han construido teorías. Los datos, los
problemas, las hipótesis y las leyes sueltas no constituyen una ciencia” colocándola