Septiembre, 2021
Vol. 5, No. e
e-ISSN: 2602-8247
https://doi.org/10.53877/rc.5.e.20210915.06
http://retosdelacienciaec.com
mcrevistas@gmail.com
TUTORÍA ACADÉMICA EN LA EDUCACIÓN SUPERIOR: EL
ROL DEL AUTOR ACADÉMICO, TUTOR PEDAGÓGICO Y
DEL ESTUDIANTE EN LA MODALIDAD A DISTANCIA
ACADEMIC TUTORING IN HIGHER EDUCATION,
DISTANCE MODALITY: THE ROLE OF THE ACADEMIC
AUTHOR, PEDAGOGICAL TUTOR AND THE STUDENT IN
THE DISTANCE MODALITY
Aracelly Fernanda Núñez Naranjo
1
Recibido: 2021-06-20 / Revisado: 2021-07-16 / Aceptado: 2021-08-12 / Publicado: 2021-09-15
RESUMEN
La tutoría académica constituye una práctica pedagógica que permite la construcción
del conocimiento para los diferentes actores involucrados en el proceso, es así, que
este trabajo reflexiona sobre la tutoría académica en la educación superior, en las
carreras de educación con una modalidad a distancia, conformados por tres sujetos,
el autor académico, el tutor pedagógico y el estudiante. Este análisis, parte de un
conjunto de cuestionamientos sobre cada uno de los diferentes roles, así como,
menciona las realidades situadas, la finalidad en el entorno y medio social virtual e
identifica cuatro dimensiones, la pedagógica, la administrativa, la tecnológica y la
social, las que son intervinientes en el proceso de enseña y aprendizaje, que tiene
como propósito el aprender a comprender, aprender a ser, aprender a convivir,
aprender a actuar y aprender a decidir acercándose a la realidad como actor en su rol
y posibilitando el trabajo autónomo y colaborativo. Concluye la tutoría académica
requiere de un proceso de reflexión en torno a la meta de formación personal,
profundización del rol, la identificación de las necesidades de los estudiantes, las
metas académicas, aspectos emocionales en las que las dimensiones facilitan el
proceso de enseñanza y aprendizaje.
Palabras clave: autor académico, educación superior, enseñanza y aprendizaje,
modalidad a distancia, tutoría académica, tutoría, tutor pedagógico.
1
Magister en Gestión de Proyectos Socio Productivos. Docente en la Facultad de Ciencias Humanas de la
Educación y Desarrollo Social, Carrera de Educación Básica; Docente en la Maestría en Educación Mención
Innovación y Liderazgo Educativo, Especialista en Pedagogía Universidad Tecnológica Indoamérica. Ecuador.
Email: fernandanunez@indoamerica.edu.ec / ORCID: https://orcid.org/0000-0001-7431-2339
Forma sugerida de citar: Núñez-Naranjo, A. F. (2021). Tutoría académica en la educación superior: el rol del autor
académico, tutor pedagógico y del estudiante en la modalidad a distancia. Retos de la Ciencia. 5(e). 64-75.
https://doi.org/10.53877/rc.5.e.20210915.06
Aracelly Núñez
ABSTRACT
Academic tutoring constitutes a pedagogical practice that allows the construction of
knowledge for the different actors involved in the process, thus, this work reflects on
academic tutoring in higher education, in education careers with a distance modality,
made up of three subjects, the academic author, the pedagogical tutor and the student.
This analysis, based on a set of questions about each of the different roles, as well as
mentions the realities located, the purpose in the environment and virtual social
environment and identifies four dimensions, the pedagogical, the administrative, the
technological and the social, which are involved in the process of teaching and
learning, which has as its purpose to learn to understand, learn to be, learn to live
together, learn to act and learn to decide approaching reality as an actor in your role
and enabling autonomous and collaborative work. Academic tutoring requires a
process of reflection on the goal of personal formation, deepening of the role,
identification of the needs of students, academic goals, emotional aspects in which the
dimensions facilitate the teaching and learning process.
Keywords: academic author, higher education, distance modality, pedagogical
tutor, tutoring, academic tutoring, teaching and learning.
INTRODUCCIÓN
Las instituciones de educación superior públicas, privadas o cofinanciadas han
buscado alternativas para reforzar los conocimientos en sus estudiantes incluyendo
programas tutoriales que permitan elevar el nivel educativo pretendiendo la mejora no
solo en el rendimiento académico sino en la construcción del conocimiento
(Maluenda, Moraga y Díaz, 2019; Gómez-Collado, 2012), siendo uno de los grandes
retos de la educación superior formar a los profesionales para que sean creativos,
eficientes y eficaces en el desempeño de sus funciones con responsabilidad social y
con el medio ambiental que los rodea (Salazar-Gómez, Tobón y Juárez-Hernández,
2018).
Los países iberoamericanos, han sido influenciados por el espacio europeo de
educación superior en el siglo XX. Para el año 2002 en Latinoamérica, se realizaron
transformaciones en la educación, alcance de metas y objetivos mediante proyectos
para trabajar de manera similar con las instituciones europeas promoviendo la
sociedad del conocimiento y el desarrollo sostenible, cinco años después, se alinean
con proyectos que tienen como base el intercambio académico, científico,
equipamiento, entre otros (Lobato Fraile y Guerra Bilbao, 2016; Franco, 2017), sin
embargo en algunas modalidades de estudio, se presentan diferentes factores que
requieren intervención como: incremento de estudiantes carreras nuevas, altas tasas
de deserción, rezagamiento académico, repitencia y baja titulación, (Núñez-Naranjo,
2020; Badillo-Guzmán, 2007), de ello parten los cambios estructurales organizativos
de las instituciones de educación superior, en los que se evidencian a los actores
docentes y estudiantes y en los que inician intervenciones mediante estrategias para
fortalecer la permanencia, la titulación, la construcción del conocimiento y rendimiento
académico, mediante la enseñanza y el aprendizaje (Núñez-Naranjo, 2019), con un
acompañamiento centrado en las necesidades del estudiante mediante la tutoría.
La acción tutorial, por su misma función de tutelar, ha sido utilizada por docentes
a lo largo de la historia con el apoyo de diferentes medios tecnológicos y herramientas
entre los más conocidos son la tutoría presencial, por correspondencia, telefónica,
www.retosdelacienciaec.com
Revista Científica Retos de la Ciencia. 5(e), pp. 64-75
66
telemática y tecnológica. (Pagano, 2008) La figura del tutor en la modalidad a
distancia aparece para responder a las necesidades educativas en el ámbito virtual o
en línea, ya que el tutor, se convierte en un orientador (Sánchez, 2015). Sin embargo,
la figura del docente en la función educativa superior en la modalidad a distancia
presenta confusión entre los roles del autor académico y tutor pedagógico.
Autores como Gonzalo (2012) y García-Valcárcel (2008), mencionan que en la
modalidad a distancia las universidades declaran la existencia de dos tipos de tutorías
académicas: individuales y grupales, estas tutorías permiten reforzar algún contenido,
mejorar el rendimiento académico o brindar retroalimentación por inasistencia a
clases, a ello se suma García y otros (2015) indicando que esta tutoría académica
forma parte del proceso de acompañamiento y guía al estudiante durante todo su
proceso de formación incluida la elaboración de su trabajo final para su graduación.
La tutoría académica en la modalidad a distancia, se ha convertido en un
escenario de preocupación tanto para tutores como para directivos, esta situación
está asociada a dificultades que conllevan escasa interacción entre el personal
académico y el estudiante, espera de largos tiempos en recibir la retroalimentación
de tareas, evaluación, etc, poco acceso y uso de la tecnología, incomprensión de
tareas, dificultades en la obtención del material de estudios, entre otros (Hernández,
Tobón, Gonzalez y Guzmán, 2015). Este proceso de gestión de tutorías está
relacionado a cuatro dimensiones pedagógicas, administrativas, sociales y
tecnológicas (Ponce Ruiz, 2021)
En las carreras a distancia la tutoría académica presenta poca aceptación o
interés por parte del estudiante, se ha identificado a alumnos que al ingresar a la
tutoría académica dedican su tiempo a realizar actividades distintas, la misma
modalidad en su política gubernamental, no establece la asistencia a la tutoría
académica como obligatoria, lo que acarrea un ingreso bajo a la clase, así como la
escasa atención a la explicación realizada por el docente en tiempo real, con este
antecedente, se realizan las siguientes preguntas de reflexión: ¿para qué ingresar a
una tutoría si no va a atenderla?, ¿qué trata de dar a entender el estudiante al
docente?, ¿las tutorías realizadas no son de interés para el dicente?, ¿por qué el
estudiante cree importante, se vea su nombre en las clase en el aula virtual?, ¿cuánto
afecta al aprendizaje y lo evidencia en su titulación?
Estas interrogantes se confrontan desde los ámbitos docente, dicente, recursos
tecnológicos y desde el mismo curriculum. Si bien, el docente en la tutoría brinda al
estudiante pautas importantes para el desarrollo de sus actividades autónomas y lo
guía para el fortalecimiento de sus competencias además de suplir interrogantes en
la actividad presencial virtual, también es cierto que el estudiante puede autogestionar
su aprendizaje, a ello, Paulo Freire menciona “quien forma se forma y reforma al
formar y quien es formado se forma y forma al ser formado” (Freire, 1996) he ahí la
importancia de una tutoría académica, la misma práctica permite un aprendizaje
mutuo, duradero y gratificante para los actores docente y estudiante, pero para ello
es indispensable la interacción, la comunicación asertiva y aún más importante el
reconocimiento de saberes previos, estos involucran un proceso integral desde el
inicio hasta la finalización de su formación profesional (Obaya y Vargas, 2014).
A fines del 2019, la pandemia ocasionada por COVID-19, influyó en la educación,
más que en los procesos de enseñanza, tanto fue su impacto que el sistema educativo
dio un giro en el que las instituciones de educación superior tuvieron que cambiar o
modificar sus procesos de educativos. A ello este involucramiento y mayor uso de los
recursos tecnológicos trajo consigo la necesidad urgente del desarrollo de destrezas
Aracelly Núñez
y habilidades tecnológicas, siendo la acción tutorial un medio que delimitó la calidad
de la formación integral en el medio virtual y posibilitó la orientación para que los
estudiantes y docentes se relacionen entre y con los medios virtuales y tecnológicos
(Chacón, 2021; Diaz, Iglesias y Valdez, 2020).
DESARROLLO
Desde una mirada al rol del docente.- en la educación a distancia este rol conlleva
una guía y acompañamiento al estudiante sobre el aprendizaje, es un actor activo que
crea “posibilidades de producción o construcción de conocimientos(Freire, 1996), de
esta manera ¿qué comprende la posibilidad de producción?, ¿qué comprende este
acompañamiento y guía para la construcción del conocimiento?, desde estas
preguntas el panorama académico conlleva no solo un conjunto de saberes a ser
transmitidos, sino un proceso motivacional, metacognitivo en el que se aplican
recursos didácticos y metodológicos que permiten la construcción de nuevos
aprendizajes partiendo de uno anterior o el fortalecimiento de estos.
Enseñar entonces, tiene un significado más profundo que solo transferir
conocimientos, enseñar una asignatura, enseñar contenidos, más que el solo hecho
de formar. Enseñar es crear esas posibilidades de construcción y reconstrucción, en
el que el estudiante puede construir su propia incertidumbre que le permita y motive
un nuevo aprendizaje y que este sea significativo, por tanto no hay docencia sin
dicencia, no hay enseñar sin aprender, ni aprender sin enseñar, así quien enseña
aprende y quien aprende enseña al aprender (Freire, 1996), por ello no es lo mismo
memorizar un conjunto de saberes si no va a existir una reflexión crítica sobre ello, el
intelectual memorista repite, el intelectual reflexivo crea y permite ambientes de
construcción.
Desde la perspectiva anterior en el que el docente tiene funciones específicas en
las que busca guiar a los estudiantes, el estudiante tiene también un rol. En la
educación a distancia sobre todo en la pandemia, el rol del dicente juega un papel
fundamental a la hora de aprender y enseñar, pues los contextos son diferentes. Si
se enseña cómo se aprendió hace algunas cadas en las que la memoria era lo
primordial y solo existía un padre del conocimiento el docente, entonces,
continuaríamos en el mundo de la enseñanza bancaria, por ello romper estos
paradigmas cartesianos conductistas conlleva a involucrar nuevos saberes, a realizar
una reflexión crítica sobre la práctica, y quizá de esta manera el dicente logrará
estimular su curiosidad nata de la que forman parte la comprobación, validación,
comparación sobre un nuevo conocimiento.
En la modalidad a distancia, se conoce dos tipos de actores intervinientes en el
proceso de enseñanza, que no siempre tiene resultados positivos, el autor académico
y el tutor pedagógico, a ello, ¿quién es el tutor pedagógico?, ¿quién es el autor
académico?, ¿qué tipo de relación mantienen en el proceso de enseñanza?, no es
fácil llegar a ser un docente problematizador, pues es más fácil seguir el curriculum
formal sin antes conocer al estudiante, mientras que en la práctica es el curriculum
real ese enseñado y ese aprendido el que hace la diferencia o el que permite el
desarrollo de un nuevo líder, de un emprendedor. Es menos enriquecedor que el
docente cambie de tema cuando en la tutoría se desconoce sobre un punto
específico, así este curriculum oculto, oculta también las falencias del educador
bancario, he ahí ese rompimiento entre el autor académico, el tutor pedagógico y el
estudiante.
www.retosdelacienciaec.com
Revista Científica Retos de la Ciencia. 5(e), pp. 64-75
68
Llegar a obtener un título en la actualidad se ha vuelto un desafío, asociado a
variables que en el caminar influyen de manera positiva o negativa en la decisión de
los estudiantes por permanecer o desertar (Núñez-Naranjo, 2019; Quisel y Campana
Concha, 2020), lo que conlleva no solo un conjunto de factores personales, sociales,
políticos, sino involucra el proceso mismo del acompañamiento, guía y motivación
desde el área académica (Núñez-Naranjo, 2020).
En este sentido, ¿qué perfil del educador se busca?, ¿qué habla nuestro modelo
educativo, pedagógico y curricular sobre este perfil?, se han establecido dentro de la
normativa universitaria un conjunto de responsabilidades y competencias que el
maestro requiere para enseñar, es así que se establecen actitudes y aptitudes en
torno a implementar prácticas pedagógicas orientadas a la creación de la sociedad
del conocimiento al desarrollo social sostenible, a la resolución de problemas reales
del contexto por medio de la aplicación metodológica de proyectos, por medio de una
evaluación continua, retroalimentación por criterios, instrumentos y mecanismos de
evaluación (Tapia, Lara, Aranda y Naranjo, 2018; Universidad Tecnológica
Indoamérica, 2018), más allá de ello, ese educador debe ser innovador, indagador e
instigador creando ambientes de enseñanza que posibiliten el aprendizaje crítico.
Rol del tutor pedagógico: El docente tutor por normativa gubernamental presenta
un rol en la modalidad a distancia en que se menciona como apoyo orientador,
acompañante, motivador sobre el autoaprendizaje (CES, 2020), está entonces
estrechamente asociado al proceso mismo de la motivación, retroalimentación
adecuada y guía permanente (Gairín, Feixas, Guillamón y Quinquer, 2004), en la que
interviene una comunicación asertiva tanto con el estudiante como con el autor. Es
así como la tutoría debe tomar un papel motivante (Ver Figura No. 1). En este rol se
involucra no solo una calificación o retroalimentación por medio de la rúbrica, sino
además debe conllevar claramente a: responder preguntas de manera asertiva,
aclarar dificultades, crear condiciones de aprendizaje colaborativo de forma efectiva
y eficiente (Floris y Guidi, 2010; Mele, 2017; García-Valcárcel, 2008), es quien debe
estar cercano al estudiante, orientarlo, acompañarlo y guiarlo.
El tutor pedagógico, debe tener habilidades de generen un ambiente armónico
colaborativo y motivante mediante la moderación en diferentes actividades de
acompañamiento que permitan enriquecer el conocimiento de los estudiantes, pues
requiere además de un conjunto de atributos que le permitirán un mejor acercamiento.
(Conesa Sánchez, 2017; Medina Alfonso, 2015), asimismo, como señalan Castillo y
Montoya (2015) las acciones formativas en el contexto escolar comunitario son
conscientes e intencionadas, el docente aprovecha sus propias experiencias para
mejorar progresivamente la intervencion en la formacion de seres humanos. (p. 7)
Rol del autor académico: El docente autor académico en normativa
gubernamental establece que el responsable de la asignatura es quien debe implantar
estrategias de aprendizaje, seguimiento y evaluación (CES, 2020). En esta modalidad
debe presentar una comunicación in-situ por medio de