entre otras (RIFDE, 2020). Lo cual, si bien es un apoyo, no es suficiente y se confirma con
los resultados obtenidos.
La deficiencia en el origen del crédito, es un factor interno presente en la cooperativa
estudiada, al no considerar aspectos como: los antecedentes del crédito, el tipo de cliente y
el comportamiento ante la concesión o no de créditos anteriores. Baltazar (2016), afirma que,
es una realidad que las COACs dinamizan la economía al colocar créditos y microcréditos,
cuyo punto de mira son los sectores de la Economía Popular y Solidaria y estos presentan un
alto nivel de riesgo crediticio, por lo que, es necesario la creación de herramientas que
complementen el análisis de los socios, disminuyendo así las posibilidades de préstamos
difíciles de cobrar. Por otro lado, Pardo (2020), planteó que el riesgo crediticio, puede
preverse apoyándose en instrumentos y herramientas que posibiliten su detección y análisis,
evitando así la generación de desconfianza entre los socios y la quiebra de las instituciones.
El uso de las herramientas adecuadas para ello contribuye, además, a la obtención de
resultados donde el agente de crédito al momento de analizar las solicitudes, pueda enfatizar
en el cumplimiento de los requisitos requeridos por las cooperativas.
La concentración de la cartera de crédito, también es un factor interno mencionado en
las entrevistas. Al respecto hay que destacar que las cooperativas, concentran principalmente
sus créditos en el segmento de consumo y microcrédito, por lo que la afectación a la liquidez
de los hogares y negocios que acceden a estos es un aspecto muy importante para analizar,
teniendo en cuenta que una de las mayores afectaciones que produjo la pandemia fue
precisamente a las familias y sus hogares, motivo por el cual se observó en muchos casos
un gran número de movimientos y poco control financiero, aspectos que hacen considerar el
nivel de riesgo alto. Por tal razón, es muy importante que, exista el monitoreo respectivo para
evitar la concentración de cartera, impulsando la diversificación de créditos y con esto
minimizar el riesgo crediticio.
En una investigación realizada por Coronel (2019), en la Cooperativa Alianza del Valle,
se pudo apreciar que la cartera de consumo se encontraba altamente concentrada, aspecto
que se logró revertir a partir de un cambio de políticas y metodologías de trabajo llegando a
alcanzar un nivel de riesgo medio. Por su parte, en un análisis realizado en 2020 por Equifax,
se plantea que las actividades más financiadas y con altos niveles de afectación fueron las
relacionadas con el consumo, la vivienda y la educación, mientras que el comercio,
transporte, manufactura y otros servicios presentan un nivel menor (RIFDE, 2020), sin
embargo, en un informe presentado por Coorporación del Seguro de Depósitos (2021) se
menciona la concentración del 82,84% en las líneas de: consumo y microcrédito donde las
Cooperativas de ahorro y crédito del segmento 1 y 2 muestran una inclinación hacia el
otorgamiento de los créditos de consumo prioritario, mientras que para el resto de segmentos
del 3 al 5 muestran resultados que indican su inclinación al microcrédito.
Por otra parte, el desconocimiento de las políticas de crédito implementadas por la
Cooperativa, fue mencionado como factor interno de riesgo crediticio, existiendo
incumplimiento en los procesos, poco conocimiento integral de los manuales y políticas de la
institución, políticas generales del sistema financiero, que han hecho que no se actúe
oportunamente, existiendo incluso confusión para la toma de decisiones, lo cual, conlleva a
que el riesgo se materialice, además que, en lugar de atraer a los socios, provoca la fuga de
estos hacia otras instituciones financieras. A su vez, la limitada gestión de recuperación de la
cartera y la limitada capacitación a los oficiales de crédito, fueron mencionados también en
un porcentaje minoritario comparado con el resto de los factores. Sin embargo, no deja de
ser un aspecto preocupante ya que se relaciona con la capacidad técnica y preparación de
los recursos humanos a cargo de esta actividad.
En este sentido, cabe mencionar que la gestión de cobranzas es un proceso complejo,
partiendo de que, debe mantenerse permanentemente en la institución financiera, por ello, el
manejo y actualización de las políticas y procedimientos internos son vitales para el buen
funcionamiento de la gestión. El control interno es imprescindible, para hacer cumplir de
manera adecuada estas políticas y procedimientos, con lo cual se logra evaluar y emitir